sábado, 29 de mayo de 2010

Leve mejoría de Gustavo | último parte médico






















Estado de salud de Gustavo

Parte médico 21/05

En la últimas 24 horas se observa una leve mejoría en la evolución del cuadro clínico del paciente. Es importante destacar que esta evolución es habitualmente lenta y que su comportamiento depende de cada paciente. En la mañana de hoy se ha practicado una evaluación integral, conjuntamente con los Profesores María Fernanda Díaz y Ramón Leiguarda, médicos especialistas visitantes de la República Argentina. De la evaluación practicada, hemos consensuado la conducta terapéutica indicada al paciente, mediante ajustes necesarios, dado lo dinámico de estos cuadros clínicos. Se mantiene controlada la presión endocraneana y entramos en otra fase de la evolución de estas patologías, las cuales son lentas.


Fuente: Cerati.com

Afirman que Cerati sufrió un accidente cerebrovascular en Venezuela

Diarios del país de Chávez reproducen declaraciones del neurólogo que lo atiende en el Centro Médico La Trinidad, en Caracas.El desvanecimiento que sufrió el cantante Gustavo Cerati al terminar un concierto en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en Caracas, fue en primera instancia calificado por las agencias noticiosas como un problema menor, pero en las últimas horas medios venezolanos han señalado que, en rigor, el talentoso cantante sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) y definen su estado como "estacionario".Los conocidos sitios caraqueños Noticias24 y El Nacional citan esta noche declaraciones del neurólogo que atiende a Cerati en la habitación 23-18 del Centro Médico Docente La Trinidad, doctor Vladimir Fuenmayor. El profesional le dijo a la prensa que "Cerati sufrió un evento vascular isquémico y su estado es estacionario". También dijo que continuaban haciéndole exámenes y que él " no aconsejaba su traslado", aunque esa decisión "no estaba en sus manos".Evenpro, la empresa de conciertos que contartó a Cerati, envió por la tarde a los medios venezolanos un comunicado en el que señala que el cantante "sólo está de reposo a causa de la subida de tensión que sufrió el sábado después del concierto en la Universidad Simón Bolívar".Durante el concierto de la noche del sábado se vio al artista de buen humor, bromeando con su público y asegurando que había sido “bien elegida” la locación para finalizar el tramo de su tour Fuerza Natural.Fuentes: Perfil, Argentina; Noticias24, El Nacional y El Universal, Venezuela; Paraguay.com, Paraguay; Vive.en, Colombia; Oglobo Vision

El adios de gustavo


En casi dos horas el ex vocalista de Soda Stero conquistó Caracas Ver comentarios
"La fuerza natural de Gustavo Cerati llegó... y de imprevisto. Sin que nadie se lo esperará a las 8:36 p.m. de ayer el argentino salió al escenario del estadio de fútbol de la Universidad Simón Bolívar para encender a un público que durante horas aguantó lluvia y bajas temperaturas.Con una chaqueta plateada y negra y con su guitarra en mano arrancó el concierto con el tema "Fuerza natural". Las cuerdas apenas comenzaban a lanzar los primeros chillidos."Venezuela...", gritó. "Magia para todos". Y con esas cuatro palabras alboroto más allá de la plaga y las mariposas que atacaban al público.... Y a Cerati también. "Con las luces encendidas se alborotan los bichos. Ya tengo una langosta en el pelo... ¡Umm!, y me hace bien".Eso bastó para arrancar gritos descontrolados al entonar "Magia". Tema que acompañó de sus singulares movimientos largos y pausados, pero cargados de una singular sensualidad."¿Cómo les va? Este es el último concierto por ahora, de la gira. ¡Y quién sabe hasta cuándo! Las cosas se hacen por algo", dijo para después tocar "Déjà vu"."Silben, silben como si les hubiese gustado. Levantemos a la yegua. Esta me gustaría que me acompañaran... al camerino. ¡No, mentira! A cantar. Él que no lo sabe improvisa", dijo antes de interpretar "Tracción a sangre", acompañado de una banda impecable y de una esbelta vocalista que se roba parte de la atención."Boca, boca. Por qué tenés que ser del River", le gritaba parte del público en alusión al fútbol argentino. "Vamos, Cerati", decían otros.El argentino convirtió en un lugar íntimo el escenario de la Simón Bolívar para entonar "Cactus" y "Perdonar es divino". Una plaza que le fue cómplice al regalarle una espesa neblina. "Ahora sí, llegó el momento de salirnos de guión"Él comenzaba a calentarse. Y su indiscutible rock argentino empezaba a brotar de sus dedos. Las cuerdas chillaban. Y Cerati se paseaba por el escenario a sus anchas mientras interpretaba "Uno entre mil", "Artefacto", "Rapto" y "Domino", con el que cambió su guitarra por un bajo.Pero sería con "Trátame suavemente", de Soda Stereo, con la que todos se quedarían sin voz. "Mírenla y contémplenla", dijo al sacar una guitarra doble. "Hay una sola y fue hecha especialmente para cantar este tema. Creo yo, Ché", bromeó. "Este tema nunca antes fue tocado en vivo. Bueno nunca me lo termine de aprender. Se llama "A merced". Esta es mi Venezuela. Es sábado y la noche está divina. Esto sigo, se divide en dos. Y ahora viene otra cosa. ¡Temas de Ricardo Montaner!", dijo, mientras todos reían. "Sin ánimos de ofender a nadie. Apenas me sé mis temas", continuó.Su fuerza natural se desbordó. Se salió de su cause en la Simón Bolívar e inundó a todos los espectadores que presenciaron el último concierto de la gira de Gustavo Cerati... Y como bien dijo, quién sabe hasta cuándo.
Fuente: EL UNIVERSAL

“Con Soda cerré las heridas” | Gustavo Cerati

Que ya no vuelve Soda. Que seguramente hará algo con Andrés Calamaro en el futuro. Que aunque hoy se haya impuesto la moda del rock barrial (la del "artista que supuestamente pertenece a las márgenes de la sociedad"), para él lo importante es "hacer música para evolucionar". Eso y más dijo, en charla con Estilo, el hombre que soltará su "Fuerza Natural" el 12 de abril en el auditorio Ángel Bustelo.fuera, humedad, algo de sol. Afuera, Buenos Aires. A las cinco de la tarde, Gustavo Cerati llega a su búnker de buen humor ("es raro que no sea así", dice una de sus colaboradoras). Unísono es el estudio de grabación, la oficina, el refugio del artista que usó su cabeza como un revólver y disparó en los '80 una banda que se llama (llamaba) Soda Stereo. Se hunde en el sillón del living; está rodeado por los trofeos de caza: discos de oro y platino; Grammys; lenguas de MTV; Gaviotas del Festival de Viña; Konex. Desde la profundidad de su sofá, suelta a través del teléfono una bocanada: "Mendoza es un lugar obligado: hay que ir a tocar allí; imposible de obviar. ¡Cantidad de años tocando en esa provincia! Desde Soda, pasando por los '11 episodios sinfónicos' y 'Ahí vamos', definitivamente es un lugar que me gusta". Repasa: el 12 de abril se presentará en el Auditorio Bustelo (¿habrá una segunda función?; ver aparte). Trae las canciones campestres de "Fuerza natural", el muy elogiado disco que lo puso de nuevo en el centro de su carrera solista tras la pirotecnia de la gira de Soda Stereo en 2007.
-En los viajes, ¿te recluís en el hotel o hacés turismo por las provincias? -Salvo que esté arruinado, por alguna razón, no me gusta quedarme en el hotel. Emprendo paseos y siempre sale algo: lo de las bodegas es una fija. Me agarra una especie de claustrofobia en el hotel... Bah, ¡en todos lados! -¿Sabías que Santaolalla quería invitarte para su show de Bajofondo en la Fiesta de la Vendimia? -Varias veces me ha dicho que quiere que toque con él, pero no se ha concretado. Es que cada uno está en su mundo. Santaolalla además está con el tema de la bodega en Mendoza, ¿no es verdad?... Pero no me enteré nada de la Vendimia. Siempre está flotando la posibilidad. Cuando me lo encuentro me dice: "Tenés que venir a algún show". Y yo le digo: "¡Y dale invitame! Tampoco voy a caer así de improviso" (ríe). -Ahora que vas a empezar una gran gira, ¿qué te estimula y qué te bajonea de viajar tanto? -Bajonear nada, porque adoro tocar, más que nada porque ya sé manejar los lapsos. No me voy más de un mes, porque sé que ése es mi límite; así que voy y vuelvo. No tengo nada para quejarme. Disfruto mucho de la banda; somos todos muy amigos lo cual hace que las cosas funcionen fuera y dentro del escenario. Alguna vez pensé que me iba a cansar de esto... ¡Pero la verdad es que no me pasa! -¿Qué quisiste contar en "Fuerza Natural" que no estuviese dicho en tus discos anteriores? -Lo primero que me planteé fue salir de la temática de las relaciones. Siempre, en mis canciones, como que había una segunda persona que parecía cotejar todo lo que escribía. Con "Fuerza natural" me conecté con cosas más amplias; la sensación de estar en relación con algo muy power, como la naturaleza. De hecho, mirá ahora las cosas que pasan con eso (se refiere al terremoto de Chile). Sentir esa pertenencia con el ambiente; la escribí en una situación más rural. Fue decir: "Mirá todo lo que tengo alrededor". También me sedujo la idea de generar una obra más entera. -¿Se te metió el paisaje en el disco? Compusiste la mayoría de las canciones en una chacra de José Ignacio, Uruguay. -Sí, fue una decisión. Uno puede estar al lado del mar y decidir no escribir sobre eso. Creo que me puse descriptivo. Cuando pase el temblor El año comenzó movido para Cerati. El festival "Argentina abraza a Chile", que lo tuvo como gran protagonista e ideólogo, marcó el regreso del guitarrista a los shows de multitudes. -¿Cuándo fue el momento íntimo que decidiste hacer algo por Chile? -He vivido un tiempo en Santiago. Mis hijos nacieron allá y está la cosa familiar de la pertenencia de ellos; aunque son más argentinos que chilenos. Tengo mucha relación con Chile. Es decir, cuando supe la noticia del terremoto me golpeó fuerte. Realmente me golpeó. Aproveché el sistema de Twitter (yo tengo muchos seguidores) y en vez de decir las boludeces de siempre ("toco tal día" o "tal otro"), que es lo clásico que uno hace, aproveché para direccionar algunos datos útiles sobre la catástrofe. Fue impresionante lo que pasó con eso. Se disparó en miles de personas que buscaban a otros, se replicaron teléfonos de importancia. A través de ese mismo canal surgió la idea del Festival que se organizó en dos o tres días. -Desde arriba del escenario, ¿qué fue lo que más te sorprendió del festival solidario? -Cuando ocurrió lo de Chile, mucha gente mezcló sopa con vino y dijo: "¿Cómo vamos a ayudar a ese país después de lo que hicieron durante la Guerra de Malvinas?" y giladas como ésas. Pero la verdad es que me impresionó mucho el resultado del festival. Fue increíble: muchas banderas chilenas llevadas por argentinos, lo que me dio mucho orgullo. Parecía que estaba tocando en Santiago. Además, hubo muchas más donaciones que gente. Sin palabras. -Fue simbólico también. Se dejaron las rivalidades de lado... -Los gobiernos distancian, así como también las naturales rivalidades entre países. Pero cuando las papas queman aparecen corazones muy grandes. Mucha gente se sintió tocada sin siquiera tener relación de pertenencia con el pueblo chileno como por ejemplo la que yo tengo. -¿Qué tal compartir escenario con Calamaro? ¿Por qué eligieron "Trátame suavemente" y "Crimen"? -Fue muy bueno. Andrés me llamó diciéndome que quería hacer algo conmigo, que quería participar de este "Argentina abraza a Chile". Me dijo que quería cantar "Trátame suavemente". Así que inmediatamente la ensayamos y después surgió naturalmente "Crimen". -Ustedes se conocen desde muy chicos; aparece un "Proyecto Erekto" en tu currículum, junto a Calamaro, aún antes de Soda. ¿Andrés podría haber sido un cuarto integrante de la banda? -Antes que Soda fuera un grupo, Andrés era como parte de la sigla. Estábamos armando algo juntos que se llamaba Proyecto Erekto. Después él se fue con los Abuelos de la Nada y nosotros con Zeta armamos Soda Stereo. ¡De esa época lo conozco! Es alguien al que quiero mucho y quedamos en hacer algo juntos en un futuro… -¿En aquellos 80, sospechabas que el rock nacional devendría en lo que es hoy? Se ha criticado mucho la futbolización del rock barrial argentino… -Es parcializar mucho. Una cosa es lo que se ve o lo que el marketing quiere que se entienda como rock nacional y otra es lo que realmente sucede. Mucha gente hace música que no tiene nada que ver con la estética barrial, pero tal vez no se difunde tanto. Son momentos. Hoy se impuso eso del "artista" que pertenece, supuestamente, al margen de la sociedad. Después pasan situaciones como las que hemos vivido, cuando uno se da cuenta de que no es lo mismo hacer música y tratar de evolucionar con eso que hacer jingles para conformar a tu barrio. Cerati toma aire. Y resopla un par de segundos después: "Pero ojo, yo también soy de un barrio, de Villa Urquiza. La gente cree que yo vengo de Barrio Norte, pero no. Tuve mi formación musical en barrios característicos donde nacieron un montón de bandas, así que nunca entendí del todo eso del rock barrial". -Se habla mucho de futbolización en tanto que intolerancia. River-Boca. Cerati-Indio Solari. -El hecho de que a alguien le guste una banda y que eso lo ponga en una posición antagónica a otra es una gran pelotudez. Sobre todo porque estamos hablando de música. No sincronizo con eso. Igualmente, como yo soy cero futbolero creo que no entiendo del todo lo de la futbolización. Sé que hay intolerancia en muchos niveles. Vivimos años muy jodidos, con gobiernos que ayudaron a que la gente se lobotomizara culturalmente. Esta especie de globalización peligrosa que se planteó en los 90 trajo como resultado una resaltación de valores que no son precisamente los mejores, como el chauvinismo. "Argentina, Argentina" como grito, cuando realmente Argentina es otra cosa. Tomárselo con Soda -Vos sabés cada vez que empezás una entrevista que ésta no terminará hasta que te pregunten si vuelve o no vuelve Soda... -(Se lo toma con onda, y ríe) No va a ocurrir. Bueno, decir jamás, no sé; porque podría ser usado en mi contra. Pero creo que cumplimos realmente la etapa. Se cerró de la mejor manera todo. No le veo ningún sentido a hacerlo nuevamente. Lo casi seguro es que nunca volveremos con Soda.Si lo nuestro hubiera sido algo tímido (se refiere al cierre de la gira "Me verás volver"), todavía. Pero la verdad es que los últimos conciertos fueron increíbles: saltaron los fusibles, cerré todo lo que había quedado abierto como herida y ya está. Hay que dar vuelta la página. -¿Te jode hablar de Soda? -No, pero no puedo decir nada más. Cuando nos separamos por primera vez, el "no" mío tenía que ver con no volver a vivir la situación Soda. Con escapar de algo. Pero este "no" es diferente, tiene que ver con algo más profundo: ya está. Lo hicimos y bien. -¿Y qué redescubriste de Soda en la última gira? ¿En algún momento te sentiste turista de tu propia banda? -Tomé realmente conciencia de lo enorme que significa Soda para mucha gente. Nunca supusimos que sería tan grande la respuesta. Fue la primera sensación potente. Eso se contrarresta con la idea natural de que estábamos acá, los tres, ensayando, todo muy cercano, muy íntimo. Era mi banda, de vuelta. Los únicos que sabemos bien cómo funciona Soda somos nosotros tres. Y ahí estábamos, como si nada hubiese pasado.Por Leonardo Rearte

"La música es mi placer y mi trabajo" | Gustavo Cerati


  1. "La música es mi placer y mi trabajo" Gustavo Cerati
    Pasado el último temblor por el reencuentro de Soda Stereo, Gustavo Cerati baja un cambio (y al mismo tiempo sube otro, aclara) y entonces la cuestión aparece como un borrón y cuenta nueva. "Soda fue como un paréntesis", dice durante la charla con Escenario, para después advertir: "Está claro que esto no va a volver a ocurrir, no existe posibilidad alguna".

    El cantante y guitarrista, que el próximo sábado presentará en vivo las canciones de su nuevo álbum solista "Fuerza natural" en el salón Metropolitano (shopping Alto Rosario), también señala que la música siempre le salvó la vida, que todavía le gustan los desafíos y que a sus 50 años, cuando fuerza la máquina, siente algo de culpa. "Es inevitable pensar que uno ya está menos protegido", dice.

    —"Fuerza natural" ya tiene varios meses de editado. ¿Cuál es tu pensamiento actual sobre el disco?

    —Aunque parezca un lugar común yo sigo creyendo que es un paso adelante que sigo disfrutando. Para mí cerraron un montón de cosas que internamente no son fáciles de explicar, pero ciertos objetivos musicales y artísticos los pude plasmar ahora mejor que en otros discos. De todos modos no quiero levantar una polvareda especial con este disco, pero yo sigo sintiendo que tiene una cohesión particular. Y que jugué un poco a esa situación a contramarcha de lo que hoy está más en boga, que es desmenuzar los discos, convertirlos en canciones digitales. La intención era apostar a algo más conceptual.

    —Así hablaban los músicos del rock sinfónico...

    —Es un poco anacrónico, lo puedo aceptar. Pero sigue pareciéndome que tiene esa fuerza... (risas) no voy a decir natural. Digamos esa fuerza de cercanía entre los temas y de conceptos que me gustaba tener.

    —Cuando decís de que para vos "cerraron un montón de cosas que no son fáciles de explicar",¿tiene que ver también lo que significó volver a empezar de cero tras una gira tan extraordinaria con Soda Stereo?

    —En realidad, a mí me pareció que lo de Soda Stereo fue una especie de paréntesis, por eso hablábamos de una burbuja en el tiempo... Me sirvió mucho lo de Soda también, para hacer un refresh mío, para empezar, no te digo de cero, con un disco que no hereda cosas que haya venido escribiendo anteriormente. Sí, es como un borrón y cuenta nueva, y así también funcionó lo de Soda. A mí me siguen gustando los desafíos, yo mismo me meto en esos bretes y por algo será. Creo que era el momento también de bajar algunos cambios y al mismo tiempo subir otros, porque el disco para mí tiene mayores riquezas tímbricas que lo que estaba haciendo anteriormente.

    —¿Sigue siendo para vos una especie de catarsis escribir una canción?

    —Depende, a veces funciona así. Siempre la música salvó mi vida. En momentos en que uno está cargado de cosas, para un lado o para el otro, la música funcionó para mí como un vehículo de sanación, de sacar algo afuera para que no explote por otro lado. Esto de canalizar lo que te hace daño a través de la poesía, la pintura, la música, ha funcionado a través de la historia del arte, pero en este disco me pareció más desafiante escribir desde un lugar más positivo, que es algo que quizá requiera de mayor esfuerzo, por el hecho de que cuando uno está en un estado melancólico las cosas salen catárquicamente.

    —¿Hoy te alcanza con escribir una canción para sentirte satisfecho?

    —Es un momento glorioso cuando llega una canción. A veces es algo muy trabajoso, otras, instantáneo. Cuando escribí "Mi medicina" no la pude terminar hasta que mi padre murió. El tema hablaba sobre eso, sobre la medicina que él necesitaba y sobre lo que yo sentía. Estuve meses con esa canción a punto de salir de la lengua. Pero sólo salió cuando mi padre murió. La sensación de triunfo o satisfacción por una canción terminada, y más allá de lo que luego suceda con ella, es algo que aún me llena el espíritu, por lo menos por un rato. Tampoco hay que pedir tanto.

    —¿Qué cosas ya no te bancás luego de 25 años de trabajo?

    —Por suerte y con los años uno va dándose cuenta de esas cosas. Hay un límite entre ser excesivamente prejuicioso porque alguna vez la pasaste mal y pensás que no la vas a pasar bien. Tampoco entré a esa situación de histeria de decir "no me toquen, no me miren a los ojos". De un tiempo a esta parte disfruto muchísimo y creo que tengo un trabajo de lo mejor que hay. Es mi placer y mi trabajo al mismo tiempo. Lo que no me banco no lo hago, creo haberme ganado el derecho de hacerlo. Hay propuestas que han venido de afuera y aprendí a decir que no.

    —¿Para qué te sirvió la vuelta de Soda Stereo?

    —Fue una reconciliación con mi pasado en un momento que yo sentía que había que hacerlo. No quería reflotar algo porque lo necesitara económicamente ni como gloria personal. Sabíamos que Soda Stereo era una presencia importante en la música en Argentina pero no imaginé semejante nivel de convocatoria. Fue algo inolvidable pero está claro que esto no va a volver a ocurrir, no existe posibilidad alguna.

    —¿Qué te dejaron para pensar tus problemas de salud?

    —Es inevitable pensar que uno ya está menos protegido y cuando forzás la máquina sentís algo de culpa. Hay una parte mía que parece no crecer nunca y ahí no siento diferencia con el pasado, pero físicamente hay que empezar a cuidarse. Quisiera hacerlo más de lo que lo hago. Me pegué flor de susto pero aún estoy lejos de ponerme las pilas.

    —Que la mayoría de los referentes del rock argentino sean tipos grandes, ¿es normal?

    —No lo sé. Es curioso ver cómo los pibes hoy saben de la música de los 70 más que uno. Creo que intuyen que hubo un momento de mayor libertad. Superamos muchas cosas pero otras fueron para atrás. Hubo un momento en que era una tribu u otra. Eso no le hizo bien a la música. El hombre es más complejo que pertenecer a una bandera.

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    Abre el fuego en Rosario


    Fuente: La Capital