El 21 de diciembre cerró, con Zeta Bosio y Charly Alberti, la histórica gira de regreso del legendario grupo nacional. Y tras el brindis de Navidad, viajó en Buquebus al Uruguay para “descansar y festejar” y bajar sus decibeles de celebridad. Un rocker, bien acompañado, en busca de la paz. Sueño cumplido. Ya está. Hora de descansar. ¡Hora de festejar!”, reflexionó frente al espejo el miércoles 26 de diciembre, recuperándose aún. Cargó ropa en unos bolsos, los metió en su Peugeot 206 gris, puso primera y levantó de camino a su amiga Anita Alvarez de Toledo. Motorizados y ya vestidos de playa, enfilaron hacia la zona de Retiro, entraron en Buquebus, estacionaron el auto dentro de la bodega del barco de las 16, subieron la escalera, escogieron dos asientos de primera clase, cruzaron el Río de la Plata en 60 minutos, bajaron en Colonia del Sacramento, adelantaron una hora sus relojes, superaron el registro aduanero, recorrieron los 301 kilómetros que separan a Colonia de Punta del Este y avanzaron otros 50 hasta José Ignacio. Estacionaron y, luego de abrir la puerta de su casa, él recordó parte de la inspiradora frase del arranque: “Ya está. Hora de descansar. ¡Hora de festejar!”. Pero, ¿de qué se recuperaba Gustavo Cerati (48)?Alguien que haya permanecido encerrado en un frasco de aceitunas verdes –o negras, descarozadas o no– desde el 19 de octubre a la fecha podrá imaginar que el enrulado porteño todavía anda recuperándose de los festejos de Nochebuena y Navidad. Sin embargo, quienes palpitaron el estruendoso regreso primaveral de Soda Stereo –consumado después de una larga espera popular, a un cuarto de siglo de nacer el grupo y a una década de distanciarse–, mediante el tour Me verás volver de 22 shows, sabrán de qué habla este notable músico…Claro que, como de relax trata la cosa, el tipo les escapa un poco a las cámaras y a los anotadores periodísticos, y una vez arribado al paraíso uruguayo, resolvió llevar rutina de individuo mortal en lugar de existencia de estrella. Ergo, el jueves, junto a Anita pisó la ruta 10, cruzó el puente camello de La Barra y encaró directo hacia la Tienda Inglesa. Llenó el changuito, abonó y retornó a su dulce hogar marítimo. Tras unos minutos, ansioso porque la brisa del Atlántico le pegue bien de cerca, visitó la chacra marítima de Alan Faena (en la zona de La Boyita) donde encontró un camastro para refugiarse. “Hora de descansar. ¡Hora de festejar!”, decidió tirarse en palomita. Antes de recibir un llamado al celular del RP Gaby Alvarez. “¿Venís mañana a la fiesta de Lacoste en La Huella, no?”, le preguntó. “Yyyyyy, sí. Claro. Ahí nos veremos”, contestó Cerati tomándose con soda y gusto la oferta y pensando: “¡Hora de festejar!”. Hasta que pase el temblor A la hora de pagar, y el look de dos músicos de moda: Cerati y Alvarez de Toledo. “Somos amigos. Yo estoy completa y absolutamente sola. Soy una mujer solitaria”, aclara Anita.